Las energías renovables son fuentes de energía cuyo uso no afecta, ni afecta a los recursos naturales disponibles para el hombre. Estas fuentes de energía se regeneran después de cada ciclo de uso y, por lo tanto, son inagotables. Algunas fuentes renovables están disponibles en grandes cantidades y no se ven afectadas por la explotación humana. Un ejemplo típico de energía renovable es la energía solar. El planeta tierra está continuamente irradiado por el flujo de energía renovable que el hombre puede usar o no.
Sin embargo, otras fuentes renovables pueden agotarse cuando el hombre exagera el uso. Estas fuentes se denominan energías renovables fungibles. Por ejemplo, la madera es un recurso renovable porque algunos árboles se cortan mientras otros nacen. Sin embargo, si el número de árboles cortados es más alto que los que nacen, el exceso de uso (flujo) causará la reducción progresiva del bosque (stock) a lo largo del tiempo, hasta que desaparezca por completo. En este segundo caso, la explotación excesiva ha transformado un recurso renovable en un recurso prescindible.